"Soy
Gema y ésta es la primer reseña de un alley cat con la que me toca participar,
considero que en éste tipo de carreras es importante destacar el punto de vista
femenino y a continuación es lo que les redacto.
La
adrenalina que se desata en cada salida de las carreras en las que he
participado es única; toda mi vida fui deportista y la podría comparar a jugar
una final o un partido importante nacional, sin embargo, ésta adrenalina
siempre tiene un sabor diferente; ese sabor es de familia, de amigos, de “cholos”
que les gusta pedalear y la competencia.
Ésta
vez el formato fue distinto (como siempre pasa en cada edición de “Burn the
city”). Se tenían que correr 9 km hasta donde se encontraba el manifiesto de
los check points para los ciclistas; a mi me tocó ser ¨corredora¨ entre
comillas ya que ni de broma le entreno para eso de la corrida formal (en
realidad no le entreno para nada), sin embargo, me encantó ver amigos
maratonistas y gente nueva, como una chica que por ahí me dijeron que es
Triatleta; considero que es muy positiva la participación de las chicas, ya que
esta novedad da pie a que más se sumen, quién sabe y al rato corren rally´s y
se animan a pedalear como locas.
Pues
se vino la salida y ya estaba Tláloc regañándonos; me quedé atrás con mi fiel compañera
de corridas, mi hermana y un par de amigos que iban pedaleando, que por cierto
se la rajaron muy chido, cuidándonos, echándonos porras, hidratándonos como
Micky en Rocky I, II y III, incluso guiándonos en la ruta.
Y
pues ahí íbamos, pasito a pasito, de repente nos juntamos un grupito de 5
chicas, (mi respeto para la chica que le lastimaron los tenis a las dos cuadras
y corrió todo el tiempo por Av. Américas y Lázaro Cárdenas descalza) “Esa es la actitud man”, dos que tres a la
primera se hubieran quedado llorando por la ampolla y ahí se hubieran rendido,
entre ellos yo.
Cada
vez la lluvia más fuerte, en un punto ya se sentía como la película de
“Tornado” truenos horrendos y vientos apocalípticos; íbamos a unas 4 cuadras antes del bar al que
teníamos que recoger el check point de los ciclistas y ya venían de regreso
todos los hombres, entre ellos la chica triatleta; eso me puso de buenas, sentí
el “girl power”.
Todos
nos sonrieron y echaron porras, sabiendo que ya pronto estábamos a la mitad del
recorrido.
No
me gustó la actitud indiferente de la gente del bar, ni si quiera se sabía si
era ahí el lugar para recoger el check point, debido a que no mostraban interés
en entregarnos el papel.
En
fin… salimos de regreso (la chica descalza seguía corriendo).
Llegamos
a López Mateos y lo que inició como una carrera de amigos, se convirtió en una
“Spartan Race” o de sobrevivencia; suerte para los primeros corredores que no
cruzaron cuando las calles colapsaron. De repente las alcantarillas eran
fuentes del centro, hasta agua cochina tenían. Pillo, mi guía me dijo que no
cruzara por ahí por que era agua de caño y me daría una infección, bajamos
varias cuadras para evitar la inundación; la lluvia seguía en aumento y
mientras corríamos yo iba pensando que no creía que los ciclistas saldrían a
pedalear así, todo era un caos y si ya se me hacia peligroso lo que estábamos
haciendo, no me imaginaba los locos de poder pedaleando a 5 motores.
-¡Oh
mi dios!- cuando llegamos a Av. México, creí que ya todo estaba por terminar,
pero me equivoque. La corriente que bajaba me llegaba arriba de las rodillas,
observé mi cronómetro y ya teníamos casi una hora corriendo, sumándole la
presión de que teníamos que llegar por que la pareja ciclista no podía salir,
pensé: “Voy bien atrás”.
Metí
un pie en la corriente y sentía como me jalaba, en eso unos señores varados me
gritaron -¡No mija no!-. Mi guía me gritó lo mismo y me dijo que era necesario
correr por otro lugar para evitar la inundación.
Le
dimos unas 3 cuadras para abajo y por fin ya íbamos encaminados a 33 Vallarta.
Llegue, entregué el check point a mi pareja que, obvio por su culpa no ganamos
(jajaja).
Saldo
final: Una gripe por la mojada, pura diversión por la experiencia de sobrevivir
a Guadalajara colapsada e inundada y muchas risas al ver a los que se
resbalaban cuando iban llegando encarrerados con sus zapatillas de ciclismo."